Un proyecto amplio y socialista o más de lo mismo
El adelantamiento de las elecciones nacionales, reaviva la necesidad de postular una alternativa desde la izquierda, ante la debacle del kirchnerismo y el surgimiento de otras variantes burguesas de centro y derecha, como el peronismo disidente, el PRO o el acuerdo Coalición Cívica-UCR. Como siempre, son miles los trabajadores, activistas y militantes sociales que quisieran un proyecto unitario de la izquierda. Y como muchas otras veces, algunos partidos como el PO o grupos más pequeños como el PTS, ya manifiestan no querer unidad sino continuar con una lucha intestina entre ellos mismos. El PCR no se plantea participar y actúa junto a sectores políticos y sindicales que nada tienen que ver con la izquierda. La profundidad de la crisis del capitalismo coloca como una tarea imprescindible la construcción de un proyecto anticapitalista en su propuesta y amplio en su contenido. Camino que es posible y a la vez necesario, para no caer ni en variantes oportunistas ni en el sectarismo que hoy recorre a una parte de la izquierda.
El adelantamiento de las elecciones nacionales, reaviva la necesidad de postular una alternativa desde la izquierda, ante la debacle del kirchnerismo y el surgimiento de otras variantes burguesas de centro y derecha, como el peronismo disidente, el PRO o el acuerdo Coalición Cívica-UCR. Como siempre, son miles los trabajadores, activistas y militantes sociales que quisieran un proyecto unitario de la izquierda. Y como muchas otras veces, algunos partidos como el PO o grupos más pequeños como el PTS, ya manifiestan no querer unidad sino continuar con una lucha intestina entre ellos mismos. El PCR no se plantea participar y actúa junto a sectores políticos y sindicales que nada tienen que ver con la izquierda. La profundidad de la crisis del capitalismo coloca como una tarea imprescindible la construcción de un proyecto anticapitalista en su propuesta y amplio en su contenido. Camino que es posible y a la vez necesario, para no caer ni en variantes oportunistas ni en el sectarismo que hoy recorre a una parte de la izquierda.

LOS QUE PREFIEREN LA DIVISIÓN
Recorriendo las propuestas de algunos partidos, puede verse –tristemente- que se encaminan a evitar la unidad, tanto en las elecciones como después de las mismas. El PO, en su última prensa, anticipa que no quiere unidad con el sector de la izquierda que apoyó a los chacareros y que tampoco ve unidad con otros grupos más pequeños a quienes acusa de capitular a la burocracia sindical. Como parte de esos grupos, el PTS, en sentido similar, comienza por excluir y aclara: “No es posible tampoco hacer lo del MST de Vilma Ripoll”. Todos estos sectores de la izquierda sectaria vivirán semanas entre continuos y mutuos ataques y descalificaciones. Por supuesto, nada de eso necesitan millones de trabajadores y sectores populares, que ni se enteran ni quieren ser parte de debates que les son ajenos. Por otro lado, el PCR, sigue sin postularse en la pelea electoral ni para construir algún proyecto junto a la izquierda. Más bien actúa, como la semana pasada, junto a sectores de la Coalición Cívica y la CGT de Barrionuevo. Aunque con estos compañeros compartimos luchas y lo seguiremos haciendo, los vemos atados a lo viejo cuando más hace falta algo nuevo y de izquierda. El PC, con quienes años atrás compartimos Izquierda Unida, directamente se asimiló al gobierno y se alejó de un proyecto de izquierda. Lamentablemente, hasta hoy, ni unos ni otros se plantean lo más esencial ante la crisis del capitalismo: privilegiar los acuerdos y construir un proyecto unitario y amplio con propuestas de fondo.
DEL SECTARISMO AL OPORTUNISMO HAY UN SÓLO PASO
En el caso de la izquierda sectaria, es fácil ver que todo su planteo conduce a intentar demostrar quién es más revolucionario o quién tiene la “pura verdad”. Como siempre sucede en la historia, detrás de esa pretensión se esconden las capitulaciones. Así fue que, en la lucha agraria ante la 125, el PO y otros grupos fueron funcionales al gobierno, sin disputar por los pequeños chacareros, dejándoselos en bandeja al gobierno y a la derecha. El mismo oportunismo, hoy lo demuestra PO en su última prensa, donde explica su oposición al planteo de Asamblea Constituyente, porque según ellos: “la iniciativa opositora la tienen los sojeros y la derecha continental anti-chavista. Una línea de sustitución del gobierno con la justificación de la Constituyente llevaría agua al molino de la agitación sojera”. Su planteo es defender la continuidad de los Kirchner, como si el gobierno no fuera parte de un proyecto de derecha en el país. Lo más insólito, es que mientras acá defienden la continuidad derechista de Kirchner, en el último referéndum de Venezuela se opusieron a la continuidad de Chávez que sí es atacado por la derecha golpista y el imperialismo. Una muestra clara de adonde conduce el sectarismo. La existencia de corrientes sectarias y dogmáticas no es nueva, todo el siglo XX estuvo plagado de situaciones similares. Lenin lidió contra esas tendencias que creían ser más puras, más radicales y certeras a inicios de la década del veinte y decía: “La historia en general, la de las revoluciones en particular, es siempre más rica de contenido, más variada de formas y aspectos, más viva, más astuta de lo que se imaginan los mejores partidos” 1. Así llamaba a romper con el dogmatismo, a buscar la forma de llegar al movimiento de masas y abrirse a los nuevos fenómenos sin atarse a esquemas. Y años después, Trotski resumió ese debate político contra el sectarismo en una definición: “La postración política del sectarismo no hace más que seguir como una sombra a la postración del oportunismo, sin abrir perspectivas revolucionarias” 2. En nuestro país, hacer este debate a fondo y construir un proyecto alejado del sectarismo es crucial para que la izquierda juegue un rol destacado en la etapa que viene. Retomando la esencia del leninismo y el deseo de Trotski, que planeaba estar dispuesto a ser minoría en organizaciones de miles y no pretender que miles acepten la dirección de pequeños e “iluminados” grupos.
HACE FALTA UN NUEVO PROYECTO DE IZQUIERDA

Sergio García Dirigente Nacional del MST
1 «El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo»
2 «El Programa de Transición»
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