Hay otra salida
La presidenta bajó el copete. La semana pasada, sorpresivamente, pareció en la reunión del gobierno con el campo diciendo: “Tenemos que acordar y que ese acuerdo forme parte del acuerdo económico y social”. Así, después de un año de disputa, empezó a negociar con los representantes de las entidades agropecuarias.
La presidenta bajó el copete. La semana pasada, sorpresivamente, pareció en la reunión del gobierno con el campo diciendo: “Tenemos que acordar y que ese acuerdo forme parte del acuerdo económico y social”. Así, después de un año de disputa, empezó a negociar con los representantes de las entidades agropecuarias.
¿A qué se debe el cambio? Los Kirchner se sienten débiles. Muy débiles. Nada les sale bien. Las iniciativas políticas que encaran no dan resultado. Cada vez se les cree menos y pierden apoyo popular. Hay importantes luchas contra sus medidas de ajuste y los abandonan viejos socios políticos. El país está azotado por la pobreza y la desocupación. Se está terminando la “época de vacas gordas” que les mantenía la billetera siempre llena, por eso, además de “tomar” fondos de donde sea, están negociando con el FMI y los organismos internacionales, por los pagos de la deuda externa y por nuevos préstamos.
Y, como si todo esto fuera poco, el Frente Justicialista para la Victoria se comió una soberana paliza en Catamarca. No es sólo una cuestión electoral, con la derrota quedaron sepultadas dos muletillas fundamentales de los Kirchner en el poder. Podrían levantar una lápida con las fotos de Ramón Saadi, Luis Barrionuevo y la inscripción “Aquí yacen los restos del verso de “la nueva política” y “el progresismo en el gobierno”.
Que hayan bajado el tonito no implica cambios estratégicos ni bandera blanca de rendición. Por el contrario, el discurso de la presidenta en la apertura de las sesiones parlamentarias demuestra que el kirchnerismo sigue reivindicando su gestión con soberbia y con un atroz alejamiento de la realidad.
El discurso en el Congreso, pintó una Argentina irreal. No tuvo como objetivo proponer medidas contra la pobreza, las suspensiones y despidos, ni los bajos salarios, sino que fue una tozuda reivindicaciónde lo actuado hasta el momento. Frente a una audiencia interna, con el Frente para la Victoria en minoría y una concurrencia externa escasa, a pesar de los esfuerzos del aparato sindical, la presidenta se explayó improvisando, mintiendo y proponiendo salidas que no sirven para nada. Veamos algunos ejemplos.
Crisis económica mundial y patronales. “Deberá regularse definitivamente a nivel global el sistema financiero…”. “Necesitamos empresarios inteligentes que entiendan que es necesario apuntalar este esfuerzo…” Cuando el capitalismo demuestra que sólo trae crisis, hambre y miseria, Cristina quiere un capitalismo regulado, como si semejante utopía fuera posible. Hay otra salida: que la crisis la paguen los banqueros, los financistas, los usureros y los patrones, no los trabajadores y el pueblo. Hay que abrir los libros de las empresas para conocer su real situación, hay que terminar con las siderales ganancias de las patronales y las empresas privatizadas y aplicar una máxima: empresa que cierra, empresa que se expropia y se entrega a sus trabajadores. Son sólo algunas de las medidas socialistas transicionales que hay que aplicar.
Conflicto con el campo. “Si la resolución 125 estuviera vigente la alícuota de los derechos de exportación sería inferior a los vigentes”. Acá estáel problema, las retenciones K son iguales para todos los productores, para los grandes terratenientes y para los pequeños chacareros. Y la 125 profundizaba esa brutalidad. Para regular el mercado de granos amenazaron con organismos mixtos, intervenciones, etc. Hasta ahora, se vienen demostrando como simples amenazas para que los productoresvendan la cosecha de soja, exporten y los Kirchnerinflen su caja con las retenciones. Hay otra salida: cobrar retenciones diferenciadas, aplicar una profunda reforma agraria en todo el país y nacionalizar el comercio exterior, asegurando el ingreso de todas lasdivisas producidas por la venta de exportaciones.
Jubilados. “He tenido el honor de ser la presidenta que envió a este parlamento, para su tratamiento, la ley de movilidad de haberes de pensionados y jubilados”. Cristina no tiene vergüenza. Los jubilados ypensionados son uno de los sectores más postergados en la historia argentina, siempre cobraron migajas y hasta fueron víctimas del curro de las AFJP. Más allá de sus dichos, los Kirchner, aún con algunos aumentosotorgados, no cambiaron la mala situación de los jubilados, que no llegan a cubrir sus necesidades más elementales de subsistencia y salud. Hay otra salida: pagar, en forma inmediata, el 82% móvil y que losfondos jubilatorios sean manejados y controlados por los trabajadores y los beneficiarios, sin ser utilizados para engordar la caja de los Kirchner.
Aumento salarial a los docentes. “Las medidas de fuerza perjudican a la educación y a los chicos…” Lo que perjudica a la educación y a los chicos es el bajo presupuesto educativo, que las escuelas se caigan a pedazos y que los sueldos docentes no alcancen; ante lo cual, no sólo son responsables los gobernadores, como dice la presidenta, también lo es el gobierno nacional. La solución no es tirarse contra los que luchan. Hay otra salida: aumentar el presupuesto educativo, el salario de los docentes y de todos los trabajadores, de manera que alcancen para cubrir elcosto de la canasta familiar y se actualicen con cada variación de los precios.
Los Kirchner preparan y aplican nuevas trampas. No se puede esperar nada del embudo al que quieren llevar los reclamos políticos y sindicales, con sus aliados en el poder y la burocracia sindical: el Consejo Económico y Social y los procedimientos preventivos de crisis.
El Consejo es una instancia en la que pretenden imponer su política, por la vía de intentar un gran acuerdo de los que tienen el poder: los patrones y los poderosos. Las luchas, los paros y las movilizacionesson el mejor "consejo" para resolver los problemas de los trabajadores y el pueblo.
Los procedimientos de crisis, son una herramienta para canalizar la política de suspensiones y despidos, no para evitarlos. Una ley prohibiendo las suspensiones y despidos, aplicando sanciones y expropiaciones a las patronales que desobedezcan, sería una salidafavorable para el movimiento obrero.
Mientras miles y miles de argentinos los repudian, parece que sólo el matrimonio K ignora que su modelo económico y político no va más. LosKirchner no son la nueva política ni el progresismo, son el justicialismo de siempre. El modelo del PJ está perimido, pero no hay una opción de cambio verdadero que pueda llegar de la mano del PJ “opositor” de Solá, de Narváez y Macri (Pro). Tampoco son alternativa los radicales en todas sus versiones: Carrió, Morales, Cobos y sus socios.
Es hora de construir una herramienta distinta, amplia, ni sectaria ni oportunista, firmemente anticapitalista. Es hora de poner de pie una Nueva Izquierda para enfrentar a los partidos patronales y apoyar las luchas en curso. Es falso que no haya otra salida. Desde la izquierda proponemos luchar todos los días por las necesidades cotidianas y por cambios de fondo. Es la pelea que damos desde el MST y de la que esperamos formes parte.
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