Crisis, pobreza y candidaturas "testimoniales"...
KAMBALACHE
Sin lugar a dudas el escenario político del país es un verdadero cambalache, al mejor estilo discepoliano. Aprietes a gobernadores e intendentes para asumir candidaturas truchas, familiares en las listas, renunciamientos en el oficialismo y también en la “oposición”. Mientras urden entre bambalinas cómo salir mejor parados de estas elecciones anticipadas condicionadas por la crisis y cómo sostienen el edificio institucional para la tormenta económica y social que se avecina, el pueblo sigue soportando los primeros y graves síntomas de la misma. Como si esto fuera poco, el Dengue y el rebrote de la inseguridad que castiga en los barrios, son demostraciones cabales que los Kirchner no solucionaron ninguna de las necesidades populares y que pretenden que los platos rotos los paguemos los de abajo.
La crisis forzó el adelantamiento electoral. Pero poco les duró a los K. la pirotecnia de aprovecharlo para retomar la iniciativa política, apelando nuevamente a un doble discurso “progre” que ya no convence y tratando de instalar una polarización entre ellos y “el caos”, aprovechando el perfil hacia la derecha que muestran las variantes “opositoras”.
Apenas llegadas las primeras encuestas, debieron recurrir a un verdadero mamarracho político defensivo: el “sabio dedo” de Néstor K. ordenó a gobernadores, intendentes y funcionarios encabezar las listas. Los K. quisieron poner la “carne al asador” para tratar de salir del horno de un escenario de castigo electoral. Pero la maniobra generó repudio en un pueblo cansado de la soberbia y de las decisiones entre cuatro paredes. Y se transformó en una palmaria comprobación de que ya no dirige ni a la propia tropa.
DESPEGÁNDOSE DEL MONARCA
Ningún gobernador aceptó la candidatura testimonial y sólo Scioli mantiene abierta esa posibilidad. Más aún: Kirchner no cuenta casi con candidatos propios y los gobernadores del PJ parecen opositores, sin faltar quien le diga “piantavotos”. A su vez Kirchner empieza a ser conciente de los riesgos que enfrenta en la Pcia. de Buenos Aires, donde se juega la única posibilidad cierta de disputa y de supervivencia política. Ante las evidencias de encuestas que muestran paridad o lo dan perdedor, ha demorado su decisión de presentarse, barajando incluso dejar a Scioli al frente para recluirse en una candidatura en Santa Cruz.
De los 20 intendentes peronistas del Gran Buenos Aires, son pocos los que mantienen abierta la posibilidad de asumir el riesgo de la candidatura testimonial aunque han optado por otro mamarracho: colocar a familiares directos en las listas que preserven la “portación de apellido”. En el interior del país, la situación del oficialismo es una verdadera radiografía de crisis política. El PJ va dividido en 15 de las 24 provincias y las proyecciones muestran que el kirchnerismo perdería entre 3 y 5 senadores nacionales. En Córdoba y Santa Fe se ha confirmado que los fieles a K. van por fuera del PJ.y sus candidatos no miden más del 10%. En Capital, el oficialismo a falta de candidato para “poner la cara”, ha recurrido a los servicios del banquero Heller del PC, una suerte de testaferro electoral del kirchnerismo. En la provincia de Buenos Aires, aún ganando la elección puede perder cerca de 10 bancas y el fantasma de quedar en minoría legislativa preocupa en la Rosada.
Hay menos plata en la caja y menos poder para extorsionar y comprar voluntades. Pero mucho menos para convencer a franjas enteras de trabajadores, sectores medios y populares que ya le dieron la espalda frente al fracaso del modelo político y económico.
EL FRACASO DEL "PLAN ANTICRISIS" Y LA TORMENTA QUE SE VIENE
El famoso paquete que, con bombos y platillos presentó Cristina en sociedad en los meses de verano, sólo significó un salvataje para los empresarios que veían en riesgo las fabulosas ganancias que acumularon durante los años de bonanza kirchnerista. Pero no frenó el clima recesivo e inflacionario que sigue siendo la gran excusa del establishmen para descargar la crisis sobre los trabajadores y el pueblo. Le perdonaron las deudas impositivas y rebajaron las contribuciones patronales, pero las empresas no “cumplieron” con el blanqueo de personal y, por el contrario, reprogramaron sus planes productivos con procedimientos de crisis, despidos y suspensiones. El “blanqueo de capitales”, no paró la fuga de un solo dólar. Y el plan de obras públicas que superaría los 70.000 millones de pesos y duplicaría los puestos de trabajo, brilla por su ausencia. Pero lo que batió todos los récords de estrepitoso fracaso, fue el famoso programa de estímulo al consumo, que habilitó a los empresarios para una variedad de negocios y fue una gigantesca estafa a la población con los planes “canje” de autos y electrodomésticos.
En los últimos días, salieron a la luz los números del fracaso. La realidad es que el 62,1% de los comercios acusó caída de las ventas, los patentamientos de autos bajaron un 13,2% y la producción un 55,7% (datos de la UIA). Con una caída del consumo global cercano al 30%. Por otro lado los despidos y suspensiones se multiplicaron en los principales cordones industriales y es evidente el retraso salarial, en un marco de alta inflación. Es decir, pese al salvataje y al subsidio millonario con la plata de los jubilados que les dieron a los empresarios, la receta recesiva de la crisis mundial se aplica a rajatabla en la argentina. Y las perspectivas son a su agravamiento. En los últimos días se supo que el superávit siguió cayendo un 61% en el último mes, la crisis agraria empeora y en el mediano plazo habría manifestaciones serias de la crisis energética.
Todos auguran un segundo semestre del año muy duro, donde se espera que la crisis capitalista mundial se exprese con mayor fuerza. Por eso Cristina salió a mendigar créditos del Banco Mundial, el BID y el FMI, para intentar rellenar la caja. En las provincias ya se habla de dificultades para el pago del aguinaldo de mitad de año y ya no saben cómo desmentir la posible emisión de bonos y cuasimonedas. Así como los anuncios de nuevos incrementos en las tarifas. Todo ello, anuncia un panorama de mayor ajuste y penurias para los trabajadores y el pueblo y un escenario de agravamiento de la crisis social, que preocupa sin dudas a los de arriba al combinarse con la incertidumbre poselectoral.
LOS PROYECTOS DE RECAMBIO PARA EL POSKIRCHNERISMO
El adelantamiento electoral no fue solamente una maniobra electoral de los Kirchner para tratar de zafar de la bancarrota. Sin lugar a dudas, contó con el visto bueno de un sector importante del establhismen y el propio imperialismo, muy preocupados por la gobernabilidad y la dinámica de la crisis al otro día de las elecciones. Tratando de apuntalar a un gobierno en terapia intensiva, mientras van pergeñando proyectos de recambio que todavía muestran una gran endeblez por tratarse de un reciclaje de lo viejo. La preservación de la figura de Cobos, que no asistió a la Convención radical, al que dejaron súbitamente de pedirle la renuncia y que fue elogiado hasta por el mismísimo Moyano, apunta a una válvula de escape institucional ante un posible escenario de salida anticipada de Cristina. La experiencia de 5 presidentes en el 2001, ha curado de espanto a los sectores dominantes que tienen pánico frente a una perspectiva que camina en dirección a una nueva revuelta social.
Hay un evidente intento de recomponer una alternancia, de reflotar algo que se parezca al viejo régimen bipartidista herido de muerte por el proceso que desembocó en el argentinazo del 2001, tarea en la que fracasó el kirchnerismo, que solamente logró poner en pie durante un tiempo la figura presidencial, no sacó del desprestigio al resto de las instituciones y estuvo lejos de recomponer “el sistema de partidos”.
El frente de Carrió, la UCR y el PS, sobre todo después del “efecto Alfonsín”, cada vez se define más como un operativo de resurrección del ya fracasado radicalismo. A medida que se pergeñan las listas, emergen del arcón de la vieja política, personajes como Stubrin, el Coti Nosiglia y otros que fueron los responsables de llevarnos a la hiperinflación del 89 y al desastre de la Alianza. Los límites de este armado, pese a los esfuerzos por utilizar la imagen del hijo de Alfonsín, son evidentes. El otro proyecto, el frente del PJ “disidente”, tiene como base el aparato del PJ capitaneado por Duhalde, con Solá, De Narváez y Macri y parece contar con mayor confianza por parte de los sectores empresariales concentrados para un futuro recambio, pero no deja de ser también una expresión de la crisis histórica del peronismo. En ambos frentes, se repiten las peleas por los cargos, se suceden los renunciamientos como el de Solá en Bs. As. y el de Michetti en Capital, para lavar la cara de armados que reflotan lo peor de la vieja política. Y no son alternativa para castigar a los Kirchner y menos aún para producir el cambio que el país y los trabajadores necesitan.
LAS ELECCIONES Y EL DÍA DESPUÉS
El 28 de junio se juega un capítulo importante del mapa político del país, pensando en el día después. La batalla bonaerense a la que se juegan los Kirchner, puede sellar su suerte. Si ganan, será por poco margen. Intentarán disimular el seguro castigo en el resto del país y lograrán un aire de corto aliento que tratarán de aprovechar para aplicar las próximas medidas antipopulares que va a ameritar la magnitud de la crisis que se viene. Y si pierden la crisis política y económica puede acelerarse y abrirse una dinámica que encamine el país hacia un nuevo argentinazo.
Los luchadores populares, combativos y de izquierda, tenemos el desafío de dar pelea en las luchas e interviniendo en la batalla electoral pero también pensando en el día después.
Desde ahora apoyando todos los reclamos en curso, a los trabajadores que luchan por el salario y contra los despidos, a los pequeños chacareros para no ir a la ruina, a los desocupados para poder comer, a los vecinos contra el tarifazo y la inseguridad.
Y en las elecciones, desde el MST/Nueva Izquierda vamos a presentar una alternativa para castigar de verdad a los Kirchner y proponer una salida antica-pitalista a la crisis. Con Vilma Ripoll en Capital, Marcelo Parrilli en Pcia. de Bs. As. y centenares de luchadores en las listas de todo el país. Para lograr diputados socialistas y de izquierda, por un verdadero cambio y un nuevo modelo de país. Pero también para fortalecer la construcción de un nuevo proyecto político de izquierda amplio y unitario para apoyar las luchas que vendrán y el desarrollo de una nueva dirección sindical combativa, pero también para fortalecer la construcción de esa Nueva Izquierda en la perspectiva del nuevo argentinazo que se viene.
Guillermo Pacagnini
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